Si el miércoles fue el diario Público quien abrió la veda de publicar una fotografía de un mensaje SMS privado, en ese caso del conseller de Interior de la Generalitat, Joan Saura, en el que se podía leer que el discurso de Montilla era un "tostón", ayer fue Avui quien lo ha vuelto a hacer. El autor del mensaje de móvil es el presidente del PP en el Parlament, Daniel Sirera, quien ha cargado contra la prensa que ha publicado su SMS en el que afirma que el PP "es una mierda", y defiende la libertad de trabajar y escribir un SMS sin tener "un Gran Hermano detrás".
Sirera ya ha confirmado que estudiará querellarse contra el rotativo "por una violación flagrante de la intimidad, y en este caso, de la correspondencia".
Los implicados se quejan de la publicación de esos mensajes, que consideraban privados cuando los escribieron. ¿Pueden o deben difundirse?
El decano del Col·legi de Periodistes de Catalunya, Josep Carles Rius, afirmó ayer que ambos episodios "abren unos interrogantes que no pueden resolverse con respuestas apresuradas". Después de hablar ayer con periodistas y políticos, Rius decidió convocar una reunión del Consell de la Informació de Catalunya, fundación que ejerce como órgano de arbitraje privado e independiente, para tratar de buscar unas normas consensuadas para este tipo de situaciones. Común es, por otro lado, que los políticos se tapen la boca con la mano al hablar por el móvil para evitar que alguien pueda conocer su conversación leyendo los labios.
Por su parte, Magis Iglesias, presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, cree "muy discutible que se trate de una imagen tomada en el ámbito de la privacidad porque se da en el seno de un Parlamento y en el ejercicio de la función pública de un diputado". "Además –observa–, el mensaje es de tipo político y no tiene que nada que ver con la intimidad o la vida privada de quien lo envía. Por eso, no se trata de una intromisión ilegítima".
Visto en La Vanguardia y Prensa Preventiva
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