No le creen cuando cuenta a qué se dedica y sin embargo es uno de los principales artífices del mensaje que propició la histórica victoria electoral de Barack Obama. Su nombre es Jon Favreau, tiene 26 años y es el jefe del equipo de redactores de los discursos que durante el último año han hecho vibrar a EE UU y a medio planeta.
En un artículo de Marcet Llevat, en ADN se explica que se trata, ni más ni menos, que el guionista de quien ya se considera uno de los oradores más brillantes de las últimas décadas. En una entrevista en el New York Times, Favs, como le conocen en su equipo, afirma que se siente "como el entrenador personal de Ted Williams", el legendario jugador de béisbol. Su método de trabajo: sentarse a hablar con Obama tantas horas como lo permitiera la campaña, apuntar sus frases y empaparse de sus ideas para después plasmar su filosofía al frente de un equipo de redactores en el que nadie supera los 30 años.
El resto de ingredientes: mucho café, pocas horas de sueño y la ilusión de estar escribiendo algunas de las páginas más brillantes e ilusionantes de la historia política de su país. Para ello, explica, buscó la inspiración en los discursos de gente como John Fitzgerald Kennedy y su hermano Robert y de Martin Luther King.
'Prácticas' con Kerry
Pese a su juventud, Favreau, no es nuevo en este oficio. En 2004, recién salido de la facultad de Worcester, Massachusetts, trabajó en la campaña del candidato demócrata a la presidencia John Kerry. Tras la experiencia confiesa que terminó exhausto y frustrado al conocer de cerca las tensiones y la parte más oscura de la maquinaria electoral. "Después de la campaña de Kerry mi idealismo y mi entusiasmo por la política estaban bajo mínimos. Hizo falta conocer a alguien como Obama para que cambiase de opinión", afirma en Newsweek.
El encuentro se produjo en la convención demócrata de 2004, en el que un desconocido Obama pronunció el memorable discurso que muchos consideran el inicio de su carrera. Un año despúes, Favreau recibió la llamada del futuro presidente de EE UU, y el resto ya es, literalmente, historia. En las quinielas de futuros cargos de la Administración Obama la web Politico.com le atribuye un importante cargo como asesor.
El hábil reciclaje del 'Yes, we can'
El eslogan más inspirador de los últimos tiempos no salió de la pluma de Favreau y su equipo ni, como mucha gente cree, del mismo Obama. El omnipresente Yes, we can es una hábil reciclaje del Sí, se puede cuyo origen se remonta a los años 60 durante la lucha a favor de los derechos civiles de los campesinos en EE UU. La frase se atribuye a Dolores Huerta, cofundadora del sindicato United Farm Workers quien irónicamente apoyó a Hillary Clinton en las primarias demócratas. Sin ir más lejos, la campaña de Obama utilizó el Sí, se puede y no la traducción literal, Podemos, para captar el voto latino.
El resto de ingredientes: mucho café, pocas horas de sueño y la ilusión de estar escribiendo algunas de las páginas más brillantes e ilusionantes de la historia política de su país. Para ello, explica, buscó la inspiración en los discursos de gente como John Fitzgerald Kennedy y su hermano Robert y de Martin Luther King.
'Prácticas' con Kerry
Pese a su juventud, Favreau, no es nuevo en este oficio. En 2004, recién salido de la facultad de Worcester, Massachusetts, trabajó en la campaña del candidato demócrata a la presidencia John Kerry. Tras la experiencia confiesa que terminó exhausto y frustrado al conocer de cerca las tensiones y la parte más oscura de la maquinaria electoral. "Después de la campaña de Kerry mi idealismo y mi entusiasmo por la política estaban bajo mínimos. Hizo falta conocer a alguien como Obama para que cambiase de opinión", afirma en Newsweek.
El encuentro se produjo en la convención demócrata de 2004, en el que un desconocido Obama pronunció el memorable discurso que muchos consideran el inicio de su carrera. Un año despúes, Favreau recibió la llamada del futuro presidente de EE UU, y el resto ya es, literalmente, historia. En las quinielas de futuros cargos de la Administración Obama la web Politico.com le atribuye un importante cargo como asesor.
El hábil reciclaje del 'Yes, we can'
El eslogan más inspirador de los últimos tiempos no salió de la pluma de Favreau y su equipo ni, como mucha gente cree, del mismo Obama. El omnipresente Yes, we can es una hábil reciclaje del Sí, se puede cuyo origen se remonta a los años 60 durante la lucha a favor de los derechos civiles de los campesinos en EE UU. La frase se atribuye a Dolores Huerta, cofundadora del sindicato United Farm Workers quien irónicamente apoyó a Hillary Clinton en las primarias demócratas. Sin ir más lejos, la campaña de Obama utilizó el Sí, se puede y no la traducción literal, Podemos, para captar el voto latino.
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