El desarrollo de nuestras sociedades ha avanzado en las últimas décadas importantes pasos hacia la transformación de nuestros patrones sociales y hábitos de consumo. Desde la forma de comunicarnos con otros hasta las maneras de establecer nuestros canales de expresión ciudadana, están cambiando producto de las TIC´s y el auge de las web 2.0. Esto lo pudimos apreciar durante la cobertura por parte de la CNN de las elecciones estadounidenses, donde apareció una corresponsal hablando virtualmente sobre este proceso, cual princesa Leia de La Guerra de las Galaxias.
Pero los ejemplos no se detienen en Estados Unidos. En Venezuela, durante las pasadas elecciones del 23 de noviembre, los que seguimos este proceso echamos mano de las llamadas “redes sociales virtuales” (Twitter, Facebook, Flickr), así como de blogs de periodistas y ciudadanos que ayudaron a la cobertura de estos comicios, ajenos a las parcialidades de los medios de comunicación tradicionales venezolanos y los silencios impuestos desde las autoridades públicas de aquel país en torno a este proceso.
Este último caso es el que más atención me genera, ya que el empleo de las tecnologías no provino de los medios de comunicación tradicionales, sino del ciudadano común que hizo empleo de dichos recursos para poder "estar informado", a partir del intercambio de ideas, comentarios, datos relevantes, entre otros, compartidos con otras personas con las mismas necesidades de información. Estas redes sociales virtuales dejaron por momentos en un segundo plano la televisión y radio en Venezuela, o mejor dicho, las transformó en espacios de verificación de aquellas noticias o informaciones obtenidas desde Flickr, Twitter o Facebook, las cuales lograron cubrir al incesante flujo informativo que cualquier persona interesada en este proceso electoral demandaba.
Si las elecciones en Estados Unidos significaron mucho en términos democráticos y empleo tecnológico empleado por los candidatos y durante la cobertura noticiosa ejercida por los periodistas; en el caso venezolano, quizás lo más significativo, además de la acentuación de la diatriba política, fue el empleo de la tecnología para potenciar los canales de participación ciudadana en una sociedad muy polarizada. Resulta imposible construir escenarios virtuales sin ser acusado de fascista o revolucionario. Tal vez sean estos espacios virtuales los entornos que permitan al país construir vías de encuentro ciudadano en Venezuela, al caracterizarse estos por el constante intercambio de información y no por el reconocimiento público de sus actores, ni el poder obtenido detrás de un micrófono. Pese a las limitaciones y brechas sociales y digitales, desde Venezuela y otros países latinoamericanos se han comenzado a articular sus movimientos y acciones ciudadanas desde lo virtual, al estar lo real cargado de ruidos provenientes de unos actores que aún siguen reproduciendo mensajes en formatos 1.0 (tradicionales), cuando lo que hoy tenemos ante nosotros es el empleo de las TIC´s y las web 2.0 como canales de intercambio ajeno a los modelos convencionales.
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